Las nuevas tecnologías han revolucionado nuestra forma de trabajar; sin embargo….
¿Por qué tantos agentes inmobiliarios se quejan de que no están ganando tanto dinero como se merecen, mientras que los proveedores de herramientas digitales para el sector se están forrando?
Los profesionales de la intermediación inmobiliaria hemos podido comprobar en los últimos años cómo las nuevas tecnologías han revolucionado nuestra forma de trabajar. Esta nueva era ha traído consigo una serie de herramientas basadas en el Internet que han facilitado el trabajo del agente inmobiliario pero, por otro lado, le ha alejado del contacto cara a cara con su cliente, tan necesario para satisfacer sus necesidades y expectativas.
La correspondencia ordinaria dejó paso al correo electrónico, que ahora convive con la mensajería instantánea y con las redes sociales. Y el teléfono móvil fue desbancado por el smartphone, que ahora es casi un ordenador.
Las redes sociales y la mensajería instantánea en combinación con los smartphones están facilitando las conversaciones con los clientes. Además, estas herramientas nos permiten enviar fotos y vídeos que enriquecen el mensaje escrito. Incluso ya es más común de lo conveniente que los compradores inmobiliarios visiten propiedades en venta de forma virtual en detrimento de las visitas físicas.
El comprador, lógicamente, considera más cómodo recibir fotos y vídeos mediante WhatsApp, y un enlace a nuestra web para visitar virtualmente varios inmuebles que están a la venta, sentado plácidamente en el salón de su casa. Por otro lado, el propietario vendedor prefiere que los compradores vean la vivienda a través de sus ordenadores, mejor que soportar la incómoda visita de perdonas extrañas.
Pero los clientes no conocen la verdadera complejidad del proceso de la compraventa inmobiliaria ni la importancia del contacto personal, y… ni falta que les hace; es el agente inmobiliario quien debe dirigir el proceso y no permitir que éste se reduzca a lo más cómodo, sino a lo más efectivo. El comprador y el propietario vendedor sólo buscan su comodidad, porque saben que tarde o temprano, de una manera u otra, acabarán comprando y vendiendo, respectivamente. Pero… ¿lo harán con la intervención de ese agente inmobiliario que está confiando en que las herramientas digitales hagan su trabajo?
Por otro lado están los profesionales inmobiliarios que cada día les dedican más tiempo a las redes sociales y a otras herramientas tecnológicas. Claro, al profesional también le resulta más cómodo permanecer en su oficina sentado delante del ordenador o con su móvil, intentando hacer lo que realmente hay que hacer en la calle, con la gente de carne y hueso, en el mercado real.
Ya no es necesario desplazarse para mantener una reunión de venta con el cliente. Las herramientas digitales las están supliendo, y si fuese necesario un contacto más directo, la videoconferencia proporcionará dicha conversación en tiempo real, entre interlocutores que ya no quieren molestarse y sin que ninguno tenga que moverse de su cómodo asiento. Únicamente es necesaria una conexión a Internet.
Aparentemente son todo ventajas, pero por otro lado se nos está olvidando la importancia del contacto personal con el cliente, el contacto “barriga con barriga”, que siempre será necesario para comprar y vender una propiedad inmobiliaria.
En la actualidad parece que lo importante es ofrecer a los clientes la última tecnología; sin embargo, lo verdaderamente importante sigue siendo satisfacer sus necesidades inmobiliarias, y como justo precio por haberlo logrado, cobrar unos honorarios justos y razonables. Es decir, lo importante sigue siendo “vender”, lo cual parece que ha pasado a un segundo plano.
A lo mejor es por todo esto que hoy día las agencias inmobiliarias no están ganando tanto dinero como se merecen, mientras que sí lo están ganando los proveedores de herramientas tecnológicas para el sector inmobiliario.
Continuamente están apareciendo nuevas herramientas digitales para el sector que generan nuevas oportunidades de negocio, pero… oportunidades para los proveedores de dichas tecnologías.
¡Ojo!, no estoy en contra de los avances tecnológicos, pero sí estoy en contra de que nos olvidemos de lo verdaderamente importante, confiando en que la tecnología se encargará de ello.
Antes de irte…
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