¿Estamos abusando del uso de herramientas digitales?
¿Por qué tantos agentes inmobiliarios se quejan de no ganar tanto dinero como se merecen, mientras que los proveedores de herramientas digitales para el sector inmobiliario se están forrando?
Los profesionales de la intermediación inmobiliaria hemos podido comprobar en los últimos años cómo las nuevas tecnologías han revolucionado nuestra forma de trabajar. Esta nueva era ha traído consigo una serie de herramientas basadas en Internet que han facilitado el trabajo del agente inmobiliario pero, por otro lado, también le ha alejado del contacto personal con sus clientes, tan necesario para satisfacer sus necesidades y expectativas.

La correspondencia ordinaria dejó paso al correo electrónico, que ahora convive con la mensajería instantánea y con las Redes Sociales; y el teléfono móvil fue desbancado por el smartphone, que ahora es casi un ordenador.
Las Redes Sociales (Facebook, Twitter, Instagram…) y la mensajería instantánea (WhatsApp, Telegram…), en combinación con los smartphones, están facilitando las conversaciones con los clientes. Además, estas herramientas permiten enviar fotos y vídeos que enriquecen el mensaje escrito. Incluso ya es muy común que los compradores inmobiliarios visiten propiedades en venta de forma virtual.
El comprador, lógicamente, considera más cómodo recibir fotos y vídeos mediante WhatsApp, y un enlace a una web para visitar virtualmente varios inmuebles, mientras permanece sentado plácidamente en el salón de su casa. Por otro lado, el propietario vendedor prefiere que los compradores vean su propiedad a través de sus ordenadores, a tener que soportar la incómoda visita de personas extrañas.
Pero los clientes no conocen la verdadera complejidad del proceso de la compraventa inmobiliaria ni la importancia del contacto personal, ni falta que les hace; es el agente inmobiliario quien debe dirigir el proceso y no permitir que éste se reduzca a lo más cómodo, sino a lo más efectivo. El comprador y el propietario vendedor sólo buscan su comodidad, porque tarde o temprano, de una manera u otra, acabarán comprando y vendiendo, respectivamente. Pero… ¿lo harán con la intervención de este agente inmobiliario que ha delegado en las herramientas digitales el control del proceso?
Por otro lado están los profesionales inmobiliarios que cada día les dedican más tiempo a las Redes Sociales y a otras herramientas digitales. Lógicamente, al profesional también le resulta más cómodo quedarse en su oficina sentado delante del ordenador o con su smartphone, intentando hacer lo que realmente debería hacer en la calle, con la gente de carne y hueso, en el mercado real.
Ya no es necesario desplazarse para mantener una reunión de venta con el cliente. Las herramientas digitales las están supliendo, y si fuese necesario un contacto más directo, la videoconferencia proporcionará dicha conversación en tiempo real, entre interlocutores que ya no quieren molestarse y sin que ninguno tenga que moverse de su cómodo asiento. Únicamente es necesaria una conexión a Internet.
Aparentemente son todo ventajas, pero por otro lado se nos está olvidando la importancia del contacto personal con el cliente, que siempre será necesario para comprar y vender una propiedad inmobiliaria.
En la actualidad parece que lo importante es ofrecer a los clientes la tecnología de moda; sin embargo, lo verdaderamente importante sigue siendo satisfacer sus necesidades inmobiliarias, y como justo precio por haberlo logrado, cobrar unos honorarios justos y razonables. Es decir, lo importante sigue siendo «vender», lo cual parece que ha pasado a un segundo plano.
A lo mejor es por todo esto que hoy día las agencias inmobiliarias no están ganando tanto dinero como se merecen, mientras que sí lo están ganando los proveedores de herramientas digitales para el agente inmobiliario.
¡Ojo!, no estamos en contra de los avances tecnológicos ni de las herramientas digitales para el agente inmobiliario, pero sí estamos en contra de que nos olvidemos del contacto personal y directo, que es lo verdaderamente importante y que cada vez más agentes están sustituyendo por el contacto virtual. La tecnología nos puede (y nos debe) ayudar, pero si abusamos de ella, estancará nuestro éxito.
En estos dos cursos se trata en profundidad lo verdaderamente importante, que es todo eso que nunca cambiará aunque la tecnología siga evolucionando a esta velocidad tan vertiginosa.
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